Los niños de cuarto grado de primaria han superado ya los grados iniciales y están listos para enfrentar nuevos desafíos. Tienen edad suficiente para tener una experiencia religiosa personal, “pueden sentir sus corazones atraídos en confianza y amor hacia Jesús, y vivir para el Salvador” (Conducción del niño, p. 459). Su relación con Jesús les ayudará a estudiar mejor y a hacer más fielmente su trabajo.